Siempre me rompo antes de tiempo, siempre el dolor se anticipa en mi pecho y sufro desde la antelación.
Y ponele que todo está bien, que la situación no es grave, que todo va a solucionarse. Pero abruma y pesa junto al peso de los días.
A veces en medio de un salto largo existe un arrepentimiento, pero el objetivo y destino del salto prevalecen y todo se moja, todo queda empapado con una sensación transformadora, es una sorpresa pero también una reflexión sobre la decisión, sobre el inesperado disfrute.
Así se siente arrojarse al vacío de la autoconsciencia.
Quiero tenerte cuando no te necesite, quiero besarte cuando me sienta completa, quiero brindarte mi lado más increíble. Quiero bailar contigo después de dormir todo el día para que sea un baile enérgico, quiero prepararte unos huevitos riquísimos en la mañana o en la noche o cuando sea, quiero hacerte el amor incontables veces en un día.
No quiero que te quedes, solo quisiera que fuera más tangible la posibilidad de que regreses.