21 de julio de 2021

Un tanque de oxígeno en el infinito.

A veces recuerdo como me contestaba Sindy,

aloh, decía.

Y ahí quedaba yo. 

Le preguntaba por su vida.

Le daba la mano de repente para cruzar una calle y le sentía un punk adentro que realmente estaba en mi cabeza.


Como el curao que me tomé ahora, mezclado con aguapanela, mezclada con limón, mezclada con margarita, mezclada con la cara de Padme. 

La Bogotá que existe en mi mente no existe en la vida real, es otra. Es muchas otras que ni siquiera he conocido, también hasta podría ser la que existe en mi mente pero sin dejar de ser las otras. Es todas esas versiones de Bogotá. 



¿Será la sensación de provincia?

¿Será que estoy mamado de que disparen de forma incesante a mi alrededor?

¿Será la necesidad creativa?

No sé si será eso u otra cosa, no sé si voy a ir al río pronto...

Y no sé si alguien me va a alquilar un tanque de oxígeno en el infinito.

De pronto si...

Como ese día que varios vecines en una fila me ayudaron a completar para pagar un panal de huevos a 11.000 pesos. 


a veces dejo de respirar y recuerdo como me sentía ese día en palmetto,

abro los ojos y te vuelvo a mirar. 


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