hoy lloré otra vez escuchando Beso de Rosalía y Rauw Alejandro,
y lloré porque te extraño, por nada más,
lloré porque no quiero ningún otro abrazo que no sea el tuyo,
lloré por que mis ganas de verte son malinterpretadas como que todo para mi es fácil.
y después lloré más,
lloré por lo contraproducente de la visibilidad, por considerar que a veces hago sentir cosas en las personas que yo ni me entero, por lo infame que es el tombo autosaboteador que tengo en la cabeza, por la definición de activismo y la realización del movimiento político desde donde me da la hijueputa gana, por lo difícil que es enfrentarse al yo que asiste a terapia, por lo solitaria que es la vida sin enfocarse en el amor, por la cuerda rota de mi guitarra, por la distancia que me separa de mi hermana, por no tener capacidad mental para mantener mi habitación ordenada, por estar insolado, por la posibilidad de funa, por querer a veces gritar mis opiniones, por la percepción social de que mi tránsito implica algún privilegio, por la precarización de mi trabajo, por todas y cada una de mis irresponsabilidades, por no tener descanso de la hiper conciencia de cada malparida cosa que hago, por el hambre, por los sueños rotos.
lloré por la cantidad de exigencia que descargo en mi mismo,
por no poder renunciar a mis propias auto expectativas.
y luego lloré por la belleza del mundo, por los árboles moviéndose con el viento, por los pelos de Romeo, por la suavidad de mis amigas al darme un consejo desinteresado, por el amor incondicional de mi mamá, por el río.
estoy sensible
te extraño
y
me extraño
No hay comentarios:
Publicar un comentario