a cada rato me encuentro a mi mismo en gratitud, asfixiado consensuadamente por la fortuna infinita de compartir mi vida contigo,
y me sorprende el encuentro suave en palabra y en silencio.
la sutileza con la que de repente los sonidos en los que suenas tu,
suenan suave en mi oído,
por más aspereza que representen,
y tú olor, perdido en el ambiente, acomodado en tu hombro, me recuerda el amor tras el enamoramiento, el amor como una decisión.
me pilla el amor, a mi, con los dos ojos cerrados, imaginando tu existencia a partir del estímulo suave de tu aroma.
me sorprende la decisión y disposición a amar-amarnos
la decisión y disposición de ver cómo amamos a otres, a otres trans, a nuestres amiguites les mariques.
y me sorprende también la transparencia, la posibilidad, la charla,
y el estar cerca a ti que me retoma lector, habitante de desvidas y de nonarraciones, de tecnotragedias y espirituanecdotas.
y contigo se devela una cinta magnética,
y la posibilidad de encintar mi mirada para ilusionar a la sociedad y para grabar-nos.
para vernos y desvernos,
para habitar la espectralidad del erotismo al encontrarnos sigiloses a través de la cámara, bajo una luz amarilla, rodeades de humo y texturas suaves.
me sorprende lo instantáneo, el aquí contigo y el allí sin ti,
y también contigo.
me sorprende hallarme contigo y con la idea de una finca en la que rescatamos gates y ovejas y plantas,
una finca en la que cada une se expande y se fragmenta,
me sorprende el dibujo mental de ser junto a otras tres personas,
y me sorprende la permacultura, las plantas y su encuentro bajo la tierra,
y me sorprende la energía vital del café, de un fruto mutante que nos activa para sobrevivir en un mundo de ritmos disimiles,
y me sorprende la mirada honesta de la puntualidad, del cuidado profundo, del amor desinteresado a través de un movimiento inconsciente.
Y me sorprende que nos miremos a la cara con disposición a soñar.
que rico el amor después del amor.
y que rica
la gratitud por la vidabella.