24 de enero de 2011

Demasiadas palabras dichas y muy pocas escuchadas?

Seguramente así seguirá siendo por mucho tiempo, las palabras se quedan en el tiempo y somos nosotros quienes decidimos si las escuchamos o no.

Y de hecho es un tema complejo, porque al decir una palabra  posiblemente se genera una sonrisa y eso sin duda es una razón para sentirse bien, pero en retorno esperamos una palabra similar, aunque en el fondo sabemos que a veces el hecho de la sonrisa como respuesta nos es suficiente.
O al menos es así para mi...

Está claro que daría mi guitarra por uno de tus abrazos, y está claro también que daría todos los hechos de mi vida por irme, en el momento indicado, al lugar especial, irme.

Me desespera querer pensar en mi, y al hacerlo encontrarme con la única solución de querer salir corriendo...
Son pocas las veces que recuerdo las razones que lo evitan, normalmente estas se esconden... de mi... de ellas mismas.

Me desespera querer pensar en mi... en el fondo solo quiero pensar en vos... sin inconvenientes.

El problema es que si me voy, me voy sola.

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