27 de octubre de 2012

Red Rain

Pero me preguntaba qué putas era lo que estaba pasando y claramente no encontraba respuestas. 
Sólo veía un par de ojos frente a mi que me disparaban miradas llenas de imágenes mentales de lo que sus palabras intentaban componer, se hilaba en mi cabeza una historia que se dibujaba sola y que me tocaba pintar, una historia con título y cabello atractivos y, ¿cómo no?
¿Cómo no sentir curiosidad sobre el ángulo de sus curvas y sobre cómo y dónde le gustaban sus cigarrillos? 

Ahora resumo todo en una lluvia, 
en una significante lluvia que hasta ahora permanecía como ausente, 
que se guardaba en unos bolsillos que perdían sentido y que traía consigo una cantidad abismal de inquietudes sin intención aparente, con pocas expectativas exigentes y de cara a un futuro atrevido. 

Definitivamente, nunca llueve porque sí.

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