13 de marzo de 2011

Sueño parte1

Así fué como empezó la historia, eramos mi cabeza y yo caminando por algo que parecía por muchas razones una calle, eramos mi cabeza y yo tratando de analizar profundamente esas razones, a nuestro lado izquierdo había selva, plantas de numeroso follaje, arboles altos y gruesos, a nuestra derecha había selva, arboles altos y gruesos y plantas de numeroso follaje. Nuestro suelo estaba compuesto por tierra, tierra roja y seca y piedras, piedras grandes, era una calle, sin pavimentar y rodeada de selva, al frente nada, negro denso, oscuridad absoluta, atrás una luz, una luz que por desgracia sabía que no era para ser seguida, una luz que producía ganas de vomitar. Continuamos entonces, mi cabeza y yo, hacia el frío negro, dábamos pasos suaves, para no tropezar, yo pensaba un poco en mi cabeza, en todo lo que vagaba, en los errores que tal vez había cometido, seguí avanzando hasta que me tropecé con algo, no se sentía muy grande pero pesaba lo suficiente para hacer que mi pie se detuviera, recogí el objeto extraño y al instante supe que era una linterna, la encendí y comprobé mi pronóstico con exactitud: izquierda y derecha selva, atrás, luz vomitiva, abajo tierra roja, adelante... había cambiado mi panorama, sin darme cuenta en medio de la oscuridad estaba parado justo debajo de una puerta inmensa, de fuerza inmensa, abierta sólo para mi. Más adelante observe que el camino se desviaba un poco y ahora habían dos muros de color verde que lo demarcaban, seguí el sendero que me mostraba el piso y alcancé después de varios minutos de caminata, la mansión de Madame Elizabeth, lo sabía porque justo arriba de la puerta de la mansión había una tablilla indicándolo, no era ningún vidente, ningún adivino. El lugar era inmenso, monumental, desde mi perspectiva solo veía un edificio alto y macizo, lleno de ventanas y balcones, desde mi perspectiva todo estaba bien, hasta que la puerta se abrió y empece a preguntarme quien era.

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