11 de septiembre de 2013

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Son las 12:54am y estoy a punto de hacer algo que odio hacer: Escribir sin pensar directamente en el editor de entradas de Blogger.

Últimamente me he dedicado exclusivamente a pensar en mi realidad, en cómo la percibo, en como se deja percibir... todo debido a una incómoda conversación en un bus del MIO demasiado vacío y con demasiado espacio para palabras extrañamente profundas.
Usualmente se me enreda la cabeza y llego a unas conclusiones poco abstraídas, que surgen de pensamientos fugaces y poco desarrollados; sin embargo, con este tema ha sido distinto y me detengo particularmente a descifrar mis propios ojos de otras maneras.


(Con las gafas oscuras puestas) Los árboles se ven púrpura porque de alguna manera entre el lente de estas gafas hay algo rojo y PUM, explotan... a veces, no todos. *Hace un recorrido desde la raíz hasta la última hoja del árbol*. Y luego (Sin las gafas) Ratatat hace un lindo montaje rítmico con la lluvia. *Separa un pedazo de la calle en una cuadrícula y observa diferentes espacios de esta para "variar los planos"* También ocurre que las personas tienen distintas maneras de caminar y aún sin música hacen un beat para fragmentar el espacio. *Hace una sinfonía de pasos y atraviesa muchos pies en todas las direcciones por un mismo encuadre*
Me asusta pensar tan cinematográficamente, siento que en algún momento mi vida podría convertirse en uno de esos enredos mentales de Woody Allen o en algún vomito dialéctico de Tarantino o en alguno de los muchos clichés de Gondry o peor, en un diálogo amargo de algún tiempo muerto de Coppola; y eso sin contar todos los rayes que podrían causarle a mi vida Noé o Von Trier o Lynch o Carax o peor aún el desgraciado de Jodorosky saltando entre sinécdoques con Tarkovsky. No sé. Instantáneamente mi vida se llenó de referencias, de asociaciones inconscientes, de ese efecto Kulechov del que tanto me burlo. Separo las totalidades y analizo y magnifico sus partes, mastico lo completo por pedazos, corto con las cucharas y pienso y re-pienso si los significados de algo resultan universales o no.

De esa conversación que me llenó de tantas preguntas, hoy rescato una conclusión y es que necesito dejar de pensar tanto y de ubicarme siempre rodeando las cosas como en un paneo eterno que nunca jamás se vuelve zoom-in. Supongo que existen momentos para hacerle un alto a la cabeza y este es uno de esos momentos...
Determinante y dramático.
*Se levanta del escritorio, se acuesta sobre la cama y construye en el techo un árbol genealógico de un personaje sobre el que probablemente jamás escribirá, se levanta al día siguiente y, después de olvidar, aparantemente, de manera instantánea todo lo que pensó en la noche anterior, se hace una pregunta que altera el resto de su día y, por consiguiente, toda la semana hasta que llega otro día y de nuevo plantea una nueva hipótesis: ahora decide sentarse a observar por unos minutos la vida que lleva, mastica la construcción de su realidad y escribe ideas cortas, raras, incompletas, asincrónicas; y llena el papel y varios papeles y muchos papeles y luego de eso, sin releer, publica una entrada en un blog que había creído querer olvidar y lo recuerda, y piensa en su vida desde un plano cenital y luego, por montaje tonal, pega un plano de una cebolla roja que al estilo rústico de corte por sustitución de Méliès se convierte en la cabeza de una mujer de rostro atractivo, luego un fundido a negro y fin* 

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