Helados días, helados, rodeado de preguntas y reflexiones sobre mi, sobre mi representación, sobre el ego como el centro del conflicto.
helados días de compartir miradas vacías cargadas de opiniones presuntamente inequivocas
helados días de sol intenso que me quemó la piel
es el ruido
y también la trayectoria de la mirada enmarcada,
lo que se nos cuela entre la piel,
una piel resistente y no solo por el aguante sino sobretodo por el límite
una piel suave que no espera pero se inventa, que cubre con amor nuestres cuerpes nocturnes, llenes de bordes y desprovistes de propósito
inútiles, inolvidables, irremediables,
emocionales, espaciales, estampades / besito en el papel
es claro para mí el camino,
es transparente y turbio, es desbarajustado y reincidente,
es siempre un babado fuerte
al que siempre me interesa comprometerme y agenciar con responsabilidad.
ojalá EL TAMBOR RESUENE SIEMPRE en todes
en nuestras carnes y sangres,
en nuestros fluidos y nuestros órganos
ojalá resuene y resuene y el Mapalé sea inagotable
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