10 de septiembre de 2011

Rewindx4, play, stop.

De perfecciones jamás voy a hablar y no porque no sepa sino porque no existen.

Hay días en los que cuando me cepillo los dientes no me miro en el espejo, estúpida, eso sólo pasa cuando me siento estúpida, cuando la rabia se acumula únicamente conmigo misma, cuando lloro, por estúpida.

Hoy es uno de esos días, un puto final predecible, unas ganas de huír inexplicables, unas ganas de bajar tan pero tan rápido que el viento en mi cara me mate, ¿sí? alguna mierda así, con poca sangre y mucho estruendo.

Me dedico a pensar grosero, en buscarte, besarte, enamorarte y dejarte, como cualquier película de protagonista malparido, así, sin más.

¿Por qué será que no aprendo y se me hace tan complicado?

Las lágrimas se hicieron únicamente para ser besadas, el problema es que las cosas no siempre cumplen su objetivo, pocas, poquísimas veces.

Nadie vive de querer creer y mucho menos de ausencias, nadie vive de besos y mucho menos de conciencias.

El humo de un cigarrillo es por mucho mejor que las palabras, yo decía que salir corriendo pero mejor quedémonos fumándonos la vida.

Siempre las mismas inexistencias, siempre las mismas irrealidades, ¿Qué me pasa? en serio.

Tengo que intentar ahogarme en otras cosas entonces, no para reemplazarte sino para no querer necesitarte más, para perderme, para morirme, para escribir porque sí, para que salgan las mismas palabras estúpidas de antes, ¿qué?. ¿Qué me pasa?, mierda.

Vos no sos consiente de nada, ni de estas lágrimas, ni de los besos que se quedaron guardados ni de nada.

A mi que me pongan a empezar mil cosas, pero los finales, con esos si no puedo y menos con este puto desequilibrio de siempre.
Voy a volver a lo mismo, a taparme los ojos con las manos y a olvidarlo todo, desde el principio, desde mí, desde todos, desde nadie, olvidar y quemar, el fuego es el mejor asesino,
yo me lo busqué, yo lo encontré.
ugh.

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